La imagen sólo es representativa. |
Es el Gran Premio de Japón 2003 en el
circuito de Suzuka, y por tanto llegado a este punto es hora de definir un
campeonato que ha tenido más espectáculo que cualquier anteriormente visto. Ni
los campeonatos de Senna y Prost, o los de Lauda y Hunt fueron tan emocionantes
como el de éste grandioso año.
Entrando en los principales cajones de la
recta, la tensión empieza a crecer a un ritmo infernal. No es para menos, en
las primeras filas de la grilla de salida se encuentran los candidatos al
título. En primer lugar como de costumbre está Michael Schumacher que a paso de
hormiga fue recuperando el fuelle perdido. Más atrás se encuentra Juan Pablo
Montoya quien con un potente Williams se mostró competitivo a lo largo del año
pero fue perdiendo su rendimiento en las últimas carreras, y se encuentra un
poco lejos de conseguirlo por sus propios medios al campeonato. En el tercer
cajón está Fernando Alonso, que aprovechó la gran progresión de Renault para
acercarse al menos matemáticamente a la lucha por el título. En la séptima
posición está el principal candidato al título despues de Schumacher, quien no
es nada menos que Kimi Räikkönen un jóven finlandés de 23 años que arribó a la
Formula 1 dos años atrás para convertirse en uno de los grandes pilotos.
Si bien la temporada anterior de Kimi fue
más que nada de aprendizaje, le sirvió para tener un cuchillo entre los dientes
y ser catalogado por su jefe Ron Dennis como el campeón del futuro.
2003 era la oportunidad que tanto Kimi como
el equipo McLaren andaban necesitando para desbancar el aplanador dominio de
Ferrari en los últimos años. Para ese año McLaren contaba con una nueva arma
que era la punta de lanza contra la hegemonía roja del cavallino rampante. Sin
embargo las cosas no empezaron tan bien ya que el nuevo MP4/18 se notaba muy
impredecible mecánicamente y a veces inestable ya que era un monoplaza con una
aerodinámica arriesgada y revolucionaria, lo cual propiciaba una fragilidad
respecto a sus rivales, y los test de pretemporada confirmaron lo dicho. Por
tanto, la gente de Woking tuvo que apelar al viejo MP4/17D para no perder la
chance de estar en la lucha.
Concluidas las tres primeras carreras que se
saldaron con las victorias de Schumacher en Australia, Räikkönen en Malasia, y
Montoya finalmente en Brasil, la categoría ponía rumbo hacia Europa. Entonces,
una buena noticia llegaba desde Woking la sede de McLaren, habían logrado
finalmente resolver los problemas que aquejaba el MP4/18 y lo iban a utilizar a
partir del Gran Premio de España en Montmeló. Por tanto, San Marino fue la
última fecha con el MP4/17, donde el escocés David Coulthard logró derrotar
junto con Räikkönen a las poderosas Ferrari.
Con el transcurrir del año, el nuevo
vehículo diseñado por la gente del equipo inglés fue mostrando un gran
potencial, y en varias carreras como en,
Nürburgring y Silverstone fueron imparables y lograron la victoria.
Mientras que en España, Canadá, Monza e Indianápolis, Ferrari fue imparable.
Por otro lado, Montoya junto a Williams logró adjudicarse la victoria en Mónaco
y Magny Cours, y Alonso con su Renault logró vencer en Hungría convirtiéndose
en el vencedor más joven de la Formula 1.
Con la temporada casi finiquitada, el panorama
venía con chances tanto para Räikkönen como para Schumacher donde la diferencia
de puntos era de uno a favor del multicampeón alemán. Luego detrás aparecía
Montoya con cinco unidades menos que el líder.
Centrándonos en el fin de semana definitorio
en Suzuka, desde el viernes las Ferrari fueron imparables y tanto Schumacher
como Barrichello se quedaron con los primeros lugares en los entrenamientos.
McLaren estaba justo ahí detrás. Al día siguiente en la clasificación, Ferrari
logró otra vez plasmar lo mostrado el viernes, y Räikkönen cuajaba un pálido
séptimo puesto con un MP4/18 que sufría en cada curva y no podía conseguir el
agarre mecánico ideal para arrebatar la pole a Schumacher.
Quedan fracciones de minuto para dar rienda
suelta a la última carrera del 2003. Los nervios en el box de cada equipo
comienzan a crecer y los directores técnicos se notan cada vez más crispados y
con la piel de gallina. Se van encendiendo las luces rojas en cada reflector
del semáforo, los pilotos aprietan el acelerador junto al embrague para
preparar la salida de su vehículo.
En un parpadeo se apagan las luces y se
libera el embrague. Schumacher hace una gran largada y mantiene la primera
posición, Montoya sigue la estela del piloto alemán y tapona a un Fernando
Alonso que busca de manera agresiva quitarle la cuerda al colombiano, más atrás
el finlandés Räikkönen no larga de una manera excelente y se ve superado por
Webber, Button Frentzen, y los Jordan de Sato y Fisichella cayendo a la
decimosegunda posición. Su jefe Ron Dennis se agarra la cabeza y se pone a
cruzar los dedos para que ocurra un milagro.
Con el transcurrir de los primeros compases
Schumacher se sigue escapando de sus rivales y tiene todas las chances para ir
vuelta a vuelta imponiendo un ritmo de carrera frenético, sacándole ocho
segundos a un Montoya que va perdiendo fuelle contra Alonso. Räikkönen por su
parte empieza a dejar en el camino tanto a Fisichella como a Sato, y en la
vuelta 15 Iceman se apresta a superar en la Degner2 a Button, y en la zona de
la 130R utiliza toda la potencia de su motor Mercedes para dar cuenta de
Frentzen y luego de Webber en la Casio Chicane.
En los giros posteriores, un Alonso que cada
vez se acercaba a la caja de cambios de Montoya, peca de arriesgado en la
primera curva y se lleva puesto hacia la cama de grava al Williams del
colombiano, provocando la bandera amarilla y la salida del auto de seguridad en
la vuelta 20.
Dice una frase “A río revuelto ganancia de
pescadores”, y en ese momento lo que Raikkönen más necesita es que ocurra
alguna situación que le ayude a recuperar la distancia respecto al grupo de
punta. Es el punto de inflexión de la carrera, y a partir de ahora a Kimi solo
le queda ir manejando a 130 kilometros por hora y seguir al trencito de autos
que cada vez más se van acercando a sus retinas. Transcurren cinco vueltas
hasta que los comisarios logran limpiar la pista, y ahora llegando a la recta
principal con los neumáticos en la temperatura ideal, nuestro héroe tiene claro
que es lo que hay que hacer. Sabe que se está jugando el campeonato y que debe
arriesgar pero tampoco pecar de agresivo como Alonso con Montoya, por tanto, en
ese instante comienza a exprimir todo el potencial de su McLaren Mercedes y va
a la caza de Ralf Schumacher buscando salir de cada curva con la mejor tracción posible y pegarse poco
a poco a la zona de rebufo del hermano del campeón reinante. Tras tres vueltas
detrás del alemán de Williams, Raikkönen efectúa en sobrepaso en la horquilla
posterior a las Degner Curve.
En la vuelta 30, el finlandés para para
cargar combustible y monta gomas duras para poder aguantar hasta el final de la
carrera. Tras esto sale a pista décimo pero con el transcurrir de las paradas
del resto de los pilotos del Top Ten, logra ubicarse tercero y comienza a
sacarle partido a los neumáticos Michelin. Luego en la vuelta 42, ya cerca de
Barrichello, le recorta cada vez más la diferencia y llega un poco pasado a la
chicana de Casio, entonces en esas milésimas de segundo busca rebajar marchas,
y al clavar el freno efectúa una maniobra casi al límite sobre la Ferrari del
brasileño, donde por fortuna no hubo ningún inconveniente que lamentar.
En ese momento, su ingeniero de carrera Mark
Slade, le informa que está a 5 segundos de Michael Schumacher y le pide que
aumente el ritmo de carrera porque ahí está la clave de la victoria y del
campeonato. Räikkönen asiente y comienza a tomar cada vértice del trazado
japonés al límite tratando de acercarse al piloto germano. Es la vuelta 48, y el finés se encuentra a 1
segundo de la punta, sabe que es su momento y sigue empujando porque en menos
de cuatro vueltas podría estar su sentencia.
Quedan dos giros para el final del
campeonato, Räikkönen todavía no se rinde y sigue acelerando porque está muy
cerca del rebufo. Schumacher ya consciente de la amenaza del finlandés se
aferra con uñas y dientes a su Ferrari para evitar que le adelante. Sin embargo
al final de la vuelta 51, Räikkönen ya tiene a tiro su presa, sabe que es su
única chance, que no hay grises, sino victoria o fracaso. Consigue una buena
salida desde Casio, y entonces se mete en la estela del vehículo rojo de su
rival, mientras tanto Schumacher zigzaguea en la recta principal para evitar el
sorpaso, pero Kimi con unos reflejos increíbles, logra meterse por el interior
y ponerse rueda a rueda del multicampeón en la primera curva, y en ese momento
casi tocándose, la inercia del McLaren MP4/18 termina empujando levemente a la
Ferrari F-2003GA que no tiene más opción que ceder el paso a la bala mágica del
nórdico que comienza a proseguir los últimos metros de la decisiva carrera. En
el box de McLaren todos gritan y estallan de felicidad, y los mecánicos junto a
Ron Dennis se preparan para recibir desde el muro que separa el circuito de los
boxes al nuevo campeón de la cateogría. La gente de Ferrari se quedan
boquiabiertos, Jean Todt, jefe del equipo italiano golpea el tablero del
Pitwall pero también sonríe por la gran maniobra del joven de McLaren.
Concluída la vuelta de honor, Räikkönen se
baja de su monoplaza y con el volante en mano, alza sus brazos en alto por
haber logrado el triunfo y el campeonato. La alegría irradia todo su ser, y de
repente aparece un frustrado pero a la vez conforme Michael Schumacher que se
acerca al finlandés y le da un cordial abrazo por haber logrado su cometido.
Ya en el podio, mientras entona el himno de
su país, el rostro del finés larga algunas lágrimas de emoción que sin embargo
no logran ser un llanto. Había logrado algo inédito, excepcional, que muy pocos
habían logrado, derrotar a uno de los pilotos más exitosos de la historia de
éste deporte. Luego de esto levanta la
copa del triunfo y descorcha el champagne para coronar un año inolvidable y una
definición de película.
Años después dejaría a McLaren para probar
suerte en Ferrari pero esa es otra historia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario