Finalizado el 2015 todo el mundo en Ferrari esperaba mejorar
los buenos resultados obtenidos a lo largo de la campaña, que catapultaron al
equipo italiano hacia una firme 2da posición con tres victorias y un buen
puñado de podios de la mano de Vettel y Räikkönen.
Por lo tanto para ésta temporada, el objetivo
a priori era ser la férrea oposición al dominio de la gente Mercedes y
comenzar el año de manera victoriosa, puesto que el nuevo SF16-H prometía ser
distinto a los anteriores F14-T y SF15-T, que acarreaban distintas falencias
sobre todo en la parte aerodinámica.
Luego vinieron
Mónaco, Canadá y Azerbaiyán donde Ferrari solo se llevó dos podios,
especialmente el caso de Canadá y Azerbaiyán, por tratarse de circuitos donde
una buena velocidad punta y baja carga aerodinámica son la clave para un buen
rendimiento. No obstante el objetivo de la victoria ya estaba totalmente fuera
del alcance, y para acrecentar aún más la desesperanza, el jefe de diseño de los de
Maranello, James Allison, rescindía su contrato con el equipo.
El último podio de
los italianos hasta el parón veraniego fue en Austria, donde Räikkönen
capitalizó un error de Nico Rosberg para auparse a la tercera posición.
Mientras que en varias carreras fueron incapaces de hacerles oposición a Red
Bull, habiendo perdido la segunda plaza en el campeonato de constructores.
Ya en la última
parte que queda de ésta temporada, los italianos sólo fueron capaces de lograr
el podio en Monza, mientras que en las posteriores carreras no fueron capaces
de hacer frente al superior ritmo mostrado por Red Bull a lo largo de este año,
y a falta de dos carreras el panorama luce desalentador.
2016 se veía tan
promisorio durante la pretemporada y con el transcurrir del año, el sueño se
convirtió en pesadilla, dejando al desnudo las falencias de un equipo que ahora
se encuentra con una mala organización
de su departamento técnico, un líder desesperado ante los malos
resultados, y sin un diseñador de renombre. Aunque bajo mi punto de vista el
último factor mencionado no es tan importante, ya que se supone que tanto
Mattia Binotto como Simone Resta, deben tener el conocimiento y la habilidad
para diseñar un monoplaza capaz de pelearle a Red Bull y Mercedes. Y hago
hincapié en mi confianza hacia quienes teóricamente serán encargados del
próximo Ferrari, porque leo por muchos sitios que si un diseñador de
automóviles no es de procedencia británica o no está afincado allá, no es capaz
de realizar uno que sea competitivo, aludiendo al rotundo éxito que la
ingeniería británica logró en la Formula 1.
¿Qué le deparará a
Ferrari en 2017 ante el nuevo cambio reglamentario? Nadie lo sabe aún, pero es
cierto que si lograran una perfecta organización de todos sus recursos, tanto
humanos como materiales y a su vez todos empujaran hacia la misma dirección sin
cargarse los hombros de presión, pueden sentar las bases para volver a la senda
del triunfo reverdecer los laureles con
el campeonato que hace 9 años le esquivo a la gente de Maranello. Quizás este
año podría haber sido mejor de lo que fue y es. Aunque la realidad es que
lanzaron las campanas al vuelo subestimando el potencial de Red Bull, quienes
volvieron en gran forma y les dieron un fuerte golpe hacia la realidad.
De todos modos, el
futuro para el año próximo está abierto y se verá quién es capaz de interpretar
mejor el reglamento y marcar la diferencia. Si me permiten aconsejarles,
recomiendo que no esperen una gran temporada de Ferrari, porque lo más probable
es que la competencia se muestre mucho más fuerte que los italianos, y ojo no
estoy subestimando el potencial de la gente de Maranello, sino que dadas las
circunstancias no veo a Ferrari luchando por el título en 2017, por lo tanto considero
que recién en 2018 o 2019 estarán peleando por el título.
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